Mal-Paraíso

Desde el puerto principal,
les hablo yo, Antonio Balboa,
del secreto que tienen las paredes,
de esta gente heredera del mar

Les hablo porque es necesario,
entre tanta información calculadora,
en estos tiempos que se evaporan en el espacio,
recordar lo que soñaron nuestros profetas

D

e los fantasmas de nuestra carne,
y de la belleza de nuestra alma

Acá en mal-paraíso,
este refugio de marinos
construido con las manos,
empinado como el camino al cielo,
tatuado por la gente,
surge el arte popular,
como cristales de sal que trajo el mar

Es necesario repito,
en estos tiempos
de confusión moral,
gritar la belleza que tenemos dentro
como una protesta al dolor,
como una armadura invisible
contra el ejercito de la noche,
como un brebaje revelador

Repartamos verdades como hostias
entre la muchedumbre acalambrada,
quizás así y sólo así,
lograremos hacer lo que era obvio,
la nueva generación
que olvidará nuestra miseria
y construira con el pensamiento
los jardines del eden.