Loca de Atar

2017 Feb 06
Poema Escrito por
Maria Buscaglia

Aquella palabra empobrecida,
Embriagante y desatinada,
Vaga en la memoria
De una hiedra opaca,
que no crecía.
Cuando miraba por la ventana,
aquella lluvia que nunca
Cesaba
y despeinada,
desarreglada,

Pero siempre reía.
Era dentro de su locura,
Una mujer llena de alegría.
Y miraba aun su silueta
Y en su alcoba,
donde poco Dormía.
Soñando no se con Quien,
Que despertará al amanecer,
Llevando su fantasía,
Hasta enaltecer
A su ser.
Ya no eran los humos,
que en el aire
se confundían,
era ella bailarina,
una de cabaret.
A sus tanto y veintitrés,
rondaban rufianes,
los elementos mortales,
De una pieza de ajedrez.
En ese juego de jaque mate,
El que no cedía,
para no perder,
Pero entre el sí,
Y el nunca crecer,
Buscaba una verdad,
La que al hallar,
Le hizo callar,
Toda su acobardada madurez.
Nadie en serio la veía,
Porque a pesar de ser mujer,
Su mente era de pureza fina,
Y su alma,
la de una pequeña niña.
Tarateaba la melodía,
Para no olvidar jamás,
Esa inocencia engreida,
Absurda pero relativa.
Sacudida por la vida,
sin esos relatos,
los que nunca compartiría,
Y podían pasar por ella los años,
Mas sin embargo,
Entre sus brazos perecía,
Aquella tormenta divina,
Que era veneno
Para sus poesías.
Destructor para su amor,
Y asesino para su corazón,
No era cuestión de huir
para aquilatar
la sed de amar,
la necesidad
De felicidad alcanzar...
Era solo aceptar,
Que las esperanzas duran más,
Cuando se enfrentan
Sin flaqueza,
Al terror de la maldad.
Encontrando las joyas pérdidas,
en las que duermen
Todos sus tesoros,
En especial el de la
Raíz de la verdad.
Cuando descubrió
en su propia filosofía,
Que era una loca de atar.

2017 Feb 06

Maria Buscaglia
Desde 2016 Jul 06

Conoce más del autor de "Loca de Atar"

Descubre más poemas de nuestros autores