Lluvia

Caluroso era el día,
como siempre en esta tierra;
no pensábamos que lluvia fuera
la que a los truenos siguiera...
Una mística doncella...
Una mística doncella
que raras veces danza;
como escapando de una botella
sube al cielo, luego estrella
Blanca agua, clara estela
que envuelve a todos,
y por un instante hiela
la tierra, y luego vuela
con el viento, en diversos modos.
Cuatro cuadras fueron
cientos y miles a Teatro,
que sus ojos tiernos vieron
y empaparme consiguieron
a poco más de las cuatro.
Lluvia, lluvia clamaba una,
para, para decía otro;
en Teatro función alguna
maravillosa cual ninguna
y yo pensando, en otro pantalón.
Para, para clamaban unos,
lluvia, lluvia agradecían otros;
gritaba el cielo a grandes tonos:
¡Lluvia, lluvia empapa todo!.

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