Las verjas en el fondo

De las entrañas arrancadas
al fondo del oculto claustro.

Saeta mezquina
de tan vana lucha por extirpad,
el embozo del olivo envejecido;
nacido en cada herida del surco medular.

Las ruinas sacrificadas
expiran, restando los balcones

de la cuna lánguida;
donde se resguardase la sustancia.

Sólo restos sosegados,
de vuestras cinceladas propagadas
por la hoguera de los labros.

Ostentar sobre mis notas encendidas
en cada gota soberana
desde un edén extraviado;
que hallase visto el arado
en vuestros dinteles tonos dorados.

Las verjas en el fondo
de mis celdas, dolidas y lloradas;
donde habitasen misteriosas las expuestas sendas,
que blandan el purpura
camino al tul de vuestro amplio torso.

Cosecha de sonetos
que pasasen cual nubes del resuello
de un mismo eco enmudecido;
a la turba que no alcanza en su regazo
a deslizaré asomada.

Cual frase que se enjugue
en setas risas y de llanto, al término;
en que tan estrepitosa mano arrancase
las partículas del iris,
del pálido manto de vuestra vid.

Junio 22, 2016
Autor: Gabriela Ponce de León
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