La Multitud Sorda.
La multitud le patea al hombre desquiciado,
por ser acusado de a una niña haber violado,
sus ropas se han rasgado
por causa de patadas y puñetes que le habían propinado.
Arrastrado por el suelo pueblerino lo llevan al cerro
a dar sentencia por su repudiable acción.
Le pide a la multitud ser escuchado,
pero como costumbre la muchedumbre
Lo amarraron sin piedad a la horca,
pues su muerte ha llegado ahora.
Le pidieron que dé sus últimas palabras
antes de que su fallecimiento se acercara.
Miró fijamente a la muchedumbre sin miedo alguno
y dijo "soy inocente".
Sorda la multitud
lo asesinó dándole fin a su vida.
A la jornada siguiente el pueblo resonaba,
se halló al verdadero protagonista del crimen cometido,
de él cual al hombre inocente se le culpaba
y él que ahora ya se ha ido,
todo porque la multitud sorda no oyó lo que dijo.
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