Incendio

Las llamas nos rodean,
se acercan a ritmo seguro
no tardarán en mordernos,
en arañar nuestras vidas,
dejando rescoldos de brasas
y el humo dantesco de la muerte.

No hay salida a este destino
pues anclados estamos al suelo,
a nuestras antiguas raíces,

que sienten ya el calor del fuego,
más cercano por minutos
más intenso, amenazante.

Nadie puede liberarnos,
sacarnos de este infierno en vida,
pese a todos los esfuerzos
pronto muchos serán historia,
y no podrán ya ser sombra
de caminantes amigos.

Verde, rojo, amarillo,
mil colores confundidos
en montañas de cenizas,
humo, polvo, viento, fuego…
Tristeza para mil años
lágrimas por lo perdido.

¿Desatino, descuido, insensatez?
¿Quién responde ante nosotros?
Mudas víctimas, calcinadas,
heridas sin defensa alguna,
sin voz que grite, sin protesta,
a merced de la catástrofe.

Nosotros cuidamos del hombre,
os prestamos los pulmones,
y las aguas cristalinas
que bajan de estas montañas,
los paseos, y las risas,
las vistas incomparables.

Gracias a todos aquellos
que sin pensarlo dos veces
hoy se han jugado la vida
se han batido con el fuego
protegiéndonos sin miedo
en estas horas inciertas.