Hiroshima

Entre montículos de fuego
Y lenguas de ceniza,
A lo lejos se divisa
Un cegador resplandor.

Colores nunca vistos,
Vástagos de la radiación.
Mil violines desafinando
Una retorcida canción.

L

a creación se difumina,
Alumbrando al horror.
Los caimanes que como hormigas caminan,
Tratan de huir del calor.

Hazaña,de hecho, imposible,
Absurdo es el simple pensar,
Que cuando todo se ha convertido en infierno,
De este se pueda escapar.

El tiempo se ha parado,
Congelando a la personas también.
Rápidamente los han convertidos
En cenicientos dibujos en la pared.

El apocalipsis ha llegado,
Cubriendo con su velo la ciudad.
El pájaro de metal se ha marchado,
Pero ha dejado sus huevos atrás.