HIJOS DE CAÍN

2015 Abr 08
Poema Escrito por
ROÑALDA.

Éramos pocos los hijos de Caín y nos crecieron flores.
Nuestras manos alumbran un atisbo de soledad
entre las fingidas sonrisas de nuevos Abeles resucitados,
amargas palabras bajo lágrimas de milenarios signos.
Estábamos ateridos de frío anhelo, no había descanso alguno
en los lamentos de la noche. Uno de nonotros exclamó:
- "Vamos a arrancarnos el corazón y comérnoslo después
para poder vomitar exterior entre las falsas llagas del día."
Teníamos el afecto de los niños. Sus inocentes ojos nos observaban.
presagiando violentos terremotos en el olvido de nuestro celeste respirar.

Decidimos volver de nuevo al palacio de los interiores
para construir una cripta de arena con artilugios sutiles,
dando cruel principio al origen geométrico de la vida.
Nuestros cadáveres no daban crédito a lo que sentían por momentos,
el aire tornó tan espeso que se cortaba con un cuchillo.
Descalzos, al amanecer, mirábamos crecer la hierba
a cada lado de nuestro camino iconoclasta de nube.
Llegamos a ser sombras de nosotros mismos, llovían nuestras manos
de cazadores de cabezas sobre la pradera infinita.
Vivíamos en las últimas estribaciones del grito, las fuentes
cantaban bellas melodías de desamor y abandono a nuestro alrededor
mas no nos importaba ya que en nuestras sienes
las piedras multicolores del mundo se dilataban
humedeciendo nuestros cuerpos, gelatinosos por el instinto.
Cavamos una fosa de mar en el magma ecléctico
de los pensamientos intentando acabar de una vez...
Era imposible. Nuestros torsos se desvinculaban
de las montañas para retornar a las ciclópeas texturas de los sueños.
En silencio, recogíamos los despojos de nuestro fracaso
vibrando de esterilidad ante esa sequía de conocimiento tan latente.
Nuestras acciones destilaban hogueras de seres humanos.
Comprendimos así que el mismo día brillaba para todos
aún sin conocerse, el mismo segundo los vela latir
desarrollando su distinto cariz de presente sobre la tierra.
Golpeó el fusier nuestra memoria contemporánea liberándonos
de un futuro hermético en solitaria voz, reverberó de locura
nuestra mirada perdida bajo los furtivos rayos de la misericordia.
Nos vimos como todo lo tangible y así nos aferramos a la magia de lo trascendental
ya que, entre las sombras, fuimos mortal espejismo de visiones procreativas
olvidando la misión intemporal relatada en los cuentos de antaño.
Uno a uno nos fuimos levantando de las polvorientas fosas que nos acurrucaban
y empezamos a caminar en el dolor de haber fructificado en todas las pruebas.
Quedó cada cual con su historiaa y la palabra con su sonido correspondiente.
Entonces nos zambullimos etéreos en el espacio, ese vacío cargado de interior.

2015 Abr 08

ROÑALDA.
Desde 2015 Mar 04

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