Flujo de conciencia
Todo se extingue.
Un indescifrable final
se nos clava en la mirada.
Se nubla el horizonte,
caen las primeras gotas,
se muere la mañana.
Un sol acaricia las hojas verdes,
el viento reverdece,
la brisa lo acompaña
en medio de tanta maraña.
Me fluyen los pensamientos,
como ríos sin fatiga,
incandescentes ríos de lava
que encienden la tierra tosca
de flores ahora ahogadas.
Me miro al espejo,
veo entre tinieblas,
veo y no veo nada:
un As oculto,
una cara.
Mil sentimientos recorren
caminos y senderos,
vías de desesperanza;
atrás, adelante,
sendas desempolvadas.
Que estoy vivo,
no estoy muerto,
una gota que me empapa.
Sudor de nostalgia triste,
del cielo lágrima pálida.
Cae la noche,
estrellas pasajeras
del móvil de la Vía Láctea.
Pierdo el conocimiento
sumido en tinieblas sacras.
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