En lo eterno
Por tenerte… la vida;
repetir la historia
bajo la sombra de tu pecho
atado al latido escarlata.
Muerte inmortal
a donde nunca llegaremos
sin dirección,
al tiempo y al espacio.
A
que alcance hasta la muerte,
y ahonde esta boca
agostándose en la sombra.
Hacia los fragmentos del crepúsculo
una conversación con la esfera
y la cercanía a mi alegría
se abren zanjas oscuras.
Recibir el abrazo intangible
postremo rayo de luz,
clamor, desespero;
beber del néctar bajo las venas,
jadeando;
a morir yo…
a vivir sobre vosotros.
Renacer a la fuerza de la noche
desde las llagas,
en una llama de lluvia fría,
que cura mi herida;
plenitud eterna.
Fortuna presurosa
llegado el dueño
de su poder, a mi entrega,
clama su pacto bebedizo:
-hermosa seas por siempre
más allá del sueño eterno.
De un placer
carnívoro, voraz,
de ese rostro desatando los abismos
cruz, yelmo y madera;
murmullo alado,
contemplando pasar la vida
en el resucitar
de una partícula sagrada
de tierno dolor.
Gabriela Ponce LS
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