En Eterna Juventud

Juventud, ¡valioso tesoro!
Piel relente, flamante, lozana;
luminosa mirada, destellos sonrientes
cual alegre cascada.

Sonrisas boyantes
contentas, radiantes
melódica voz todo en adherencia,
cuando hay lozanía.

�

�Preciado tesoro!
Aún me sorprendo, al ver
que la mía, ha tomado huida
ya va en su descenso.

Un hilo blanco, aparece en mi frente
mi piel, ya no tan lustrosa
me van anunciando
mi paso en el tiempo.

Pero mi interior;
¡que palpita, que vibra!
No sabe de lapsos, solo es;
¡vehemente, impetuoso!

Tiene el coraje, de los años mozos
goza en firmeza de seguir viviendo.
cuenta con júbilo e ilusión de un futuro
puede, sea incierto.

Pero, de sobra tiene empuje y
decisión de ser, ¡solo ser!