EL RITO

2023 Sep 02

EL RITO
(De “ARCANO DE AMOR”)
Sí, he soñado a Mariela del modo estudiantil, al estilo de nuestro iniciático amor en la facultad.
“Nos habíamos encontrado en el jardín del comedor cuando el atardecer ya se notaba esquivo. Detrás de Mariela un cielo de tonos sanguinolentos ponía lúgubre marco a su lindo rostro.
–¿Entonces, te vas de la facultad? –preguntó.
Sacando una hoja de tisú, tomé las perlas acuosas que ya brillaban entre sus párpados diciendo.
– Sabes que los sueños nos tendrán siempre juntos –mientras mis labios aplicaban tibieza en una mejilla contra rara frialdad del instante.
– Claro, tú con esos monstruos que tienes dentro, en cambio yo pisando suelo. Y así me dejas –aseveró.
En ese tiempo, dentro de mí se agitaba la mentalidad del Dr. Frankenstein anhelante de conseguir objetivos sin lugar a ningún impedimento. Y cierto, Mariela me conocía bien. Ella, que durante varios meses pretendió acercarse sin hacerse notar; hasta la fecha casi milagrosa que nos hallamos en un café de artistas, cuando me sorprendieron sus bonitos cuadros realistas. Mi curiosidad hizo que desease conocer a su autora. Desde tal suceso, nos vimos compartiendo intereses, de galenos en proyecto y pintores. Para entonces, ante los condiscípulos resultábamos dos marginales. En el fondo eran los celos a la hora de usar los escalpelos, debido a la firmeza de pulso que otorga la práctica del dibujo desde infancia. Por eso, cuando se agruparon en torno nuestro, con toda cortesía nos alejamos. Al rato, estando en su piso contemplé un mural dedicado a la especialidad adornando su habitación.
–Lo hice con mucho cariño, es mi templo –dijo, mientras alistaba café; agregando luego –quiero mostrarte algo que compré para esta ocasión.

Y se fue por unos minutos, volviendo con una cajita y una cosa que parecía jeringa rechoncha.
–Es un equipo nuevo para tatuajes. Ya usé otro aparato con mis amigas, por eso sabiendo que te alejas, sería bueno que me regales una criatura tuya. En ese instante oyendo de “alejar” y “criatura” se agolparon en mi mente ciertas ideas. ¿Acaso sabía que viajaría al extranjero? Y eso de “criatura” resonó en mi mente de modo muy desconcertante.
–¿Una criatura?, pero –hilvanaron mis labios.
–Un mítico ser, pues –aclararon sus labios sonrosados.
Ahí fue momento decisivo para confesar la necesidad de ampliar el horizonte de mi arte en tierras de larga tradición y lienzos. Mientras tanto, su aromático vapor del café hacía piruetas con dirección norte, hacia el ventanal; como anticipando que la noche sería muy larga. Mariela dándose cuenta de mi distracción, intervino.
–Pareciese que hasta el café desea irse.
Entonces acercándome más, tomé sus manos y la enjugué de besos. Y deseando probar el aparato en su piel, acordamos que le haría una criatura fantástica, porque habiéndome sorprendido con esa tarea y no teníendo un diseño nuevo, se usaría de Ganesha.
–Así no habrá necesidad de firmarlo –aseguré.
Y con mucho cuidado, casi religiosamente cual si fuese una intervención al corazón, me dispuse a dibujar en su espalda.
–Jijiji, me haces cosquillas, jijiji –dijo riendo.
El inicio del rito artístico había comenzado de contento. Sin embargo, luego de disponer el boceto, había que hacerlo con aguja y tinta.
–Auuu, auuuu, ¡ayyy! –y Mariela empezó a sufrir.
Parecía que se trataba de algún castigo forzado. Pero no, era su voluntad tener el recuerdo más duradero. Entonces me di cuenta que debíamos hacer algo.
– ¿Se hará con anestesia? –pregunté.
–No, prosigue.
Pero de nuevo ese dolor tremendo.
–Auuuu, aash, ¡aaarggg! –decía mordiéndose los labios y arañando fuertemente del sofá-cama.
Y de tanta insistencia, nos dimos cuenta que otro debía ser el proceder para tener buenos recuerdos. Este ritual se haría poco a poco y en varias sesiones. Y tratando de calmarla, saqué mis guantes y tiré a un lado del sofá ese artefacto de tortura y acaricié su sedosa piel juvenil con tal dulzura que… abracé su desnudez. No había duda que nuestro ritual de arte tomaba otro rumbo más dulce, placentero en demasía, en un rito que nos apartaba del resto, una verdadera ofrenda de amor.
–Con razón te vas al arte, tus manos… –decía ella casi balbuceando.
Y ese mural, testigo silencioso de un rito muy íntimo, con esos símbolos del galeno, su Caduceo de Mercurio y el bastón de Asclepio, cuyas serpientes que alguna vez significaron pecado, adornaban ya el acto curativo de su tristeza en Mariela. Su cuerpo, su piel conseguía por fin ese ambicionado regalo imborrable de amor”.
Todo parecía demasiado real hasta que de improviso su alarma del móvil me hizo despertar de tal sueño. Y otra vez junto a mí la claridad matinal alegrándose de que guardase así mi soledad, mientras que Mariela en otro país; quién sabe si acaso va cultivando aún estos buenos recuerdos o no.
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02/09/2023
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Fondo musical:Los pétalos del perdón- Michel Pepe.

2023 Sep 02

Artífice de Sueños MARS rh
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