EL PUNTO DE NO RETORNO (POEMA 68)
EL PUNTO DE NO RETORNO
A veces, accidentalmente, inconscientemente,
tropiezo con uno de tus recuerdos y se me pone la piel de gallina,
es cuando me siento algo confundido y la cabeza me da vueltas.
Sin proponérmelo, me encuentro inmerso en un abismo de pasión,
todo es llamas, es fuego ardiente y mi mente busca tenerte a mi lado.
Aquellas experiencias son el inicio de un procedimiento irreversible,
el punto de no retorno,
De pronto, amo como aman los niños y los adolescentes,
siento como sienten los niños y los adolescentes
y vivo miles de emociones como lo hacen los niños y los adolescentes.
En este torbellino de pasiones,
todo a mi alrededor parece convertirse en un bello sueño.
Poco a poco tu infinita belleza va revelándose
y beso a beso me voy enamorando,
disfruto de tu compañía, disfruto de tus labios, de tus caricias.
Entonces, te veo imponente, preciosa,
tu feminidad embriaga mis sentidos y sin permiso ni consentimiento alguno,
ingresas en mis pensamientos como lo haría la más bella melodía.
La vida deja de ser un universo oscuro, denso,
me veo convertido en un generador de gratitud.
Lo maravilloso fue cuando te convertiste en luz,
en una luz resplandeciente en el horizonte
y empecé a tropezar con varios recuerdos tuyos a la vez.
Te hablo de sentimientos puros y desinteresados,
de aquellos besos tiernos, de las suaves caricias, de las dulces miradas,
te hablo de todo lo que me enamora.
No tienes la menor idea de la revolución que provocaste en mi interior,
no te imaginas lo que iba aflorando entre mis emociones,
ello explica la obsesión de tenerte entre mis brazos.
El descubrirte en el amor fue una experiencia fascinante,
una aventura inolvidable, fue un rayo en la oscuridad que me procuró su luz.
Sin buscarlo, te habías convertido en un intenso y agradable verano,
en una estrella fugaz, en el viaje más hermoso que hay...
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