El barrio de las almas perdidas.
En noches como esta, que las pastillas no están a mi alcance, el silencio me embriaga.
No sé a dónde voy o como amaneceré, siento como se te apagan las estrellas y tu, luna, brillas moviéndote en mis sombras y los pilares de nubes se estremecen ante tu mirada.
Colgando las capas detrás de la puerta acá estamos, mis pensamientos y yo, embriagandos de tus recuerdos en un bar del barrio de las almas perdidas.
Cada una de ella, almas de ti, de mi y de nosotros por acá anda, buscando un rincón donde aún se te pueda amar, pero encontramos tarros vacíos, ya bebidos en otros tiempos.
Ya va amaneciendo y cada uno de tus recuerdos se marcha, buscando que el viento los lleve por otros rumbos, vagarán por ahí y por allá mueriendo poco a poco.
A
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