De la lujuria y otros deseos
Puedo decir que eres mía, y no por que de mi tengas
un sello que lo diga...Es por que en mi mente queda indeleble
el recuerdo de que un día...un tatuaje con mis dedos dibujé.
Como olvidar aquella disputa, habían sombras batallando...
un coctel de sudor y hasta compusimos sin querer
una canción...entre tus gemidos y los míos habían rimas
y seducción.
Recordar también tu mirar complaciente, reflejarme
sosteniéndome de tu cabello empapado de caricias...
para no caer rendido.
Exploré tu cordillera y tu valle, bebí de tus caudales
para calmar mi sed eterna.
Fue un mural que con tus uñas dejaste en mi espalda...
de arriba a abajo y abajo a arriba.
Una danza de tu exhalación y la mía.
La perfección se hizo presente...tu cuerpo casi
moribundo caer sobre mi pecho aún exaltado...
la perfección se hizo presente al morir de tu lado
hasta que el sol fuese testigo de nuestra desnudes sin prejuicios.
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