Danubio
Arada la tierra
por mandato.
Abastecido el Danubio.
Rendido el afecto,
tras el solsticio
angular del ecuador celeste.
Voces que llaman
Reflejo marino,
cuyas virtudes proceden
de la concordia.
De la proceridad
extraída de los adentros.
En la voz de los textos
conflagrados en vuestro templo;
donde el espacio
se detiene con determinación.
Cultivados los vínculos atajados,
a las demandas
de vuestro amparo.
Abriendo las puertas a la turba,
al cuerpo, temple,
y sustancia;
a partir del culto en la memoria.
Apasionada cofradía;
fragmentos del alma
de aquellos colmados días.
Debilidad del aliento
que deshojan la juventud de follaje,
del cedro blanco.
Apostada en cada existencia,
os sigo encontrando…
tras la fortuna de un torbellino.
Alabanzas que claman ,
sobre el estéril
canto de victoria.
Autor: Gabriela Ponce LS
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