Cuando triunfa la estación
Se hospeda la estancia de un rayo estático
bajo las hojas nocturnas;
elaboradas de claridad, fosca y círculos verdiazul.
Para hallar entre la ausencia
al rostro albo, que inmóvil germinase
un fuego celeste de ambrosía,
cual origen inédito de jornada.
Adhesión a la espesa gota de colmena,
y a la frescura embeleso de la noche.
Constelaciones adentradas al latido
en su refugio corona de la voz amada,
más allá de los lustros recorridos.
El amor de pie, en cada sucesión,
cual corolas abiertas de lluvia
inundando la arcilla y la madera,
de todo espectáculo acuarelas.
Los pasos corriendo descubiertos
sin importar que se derrame la punción o la sentencia,
a cambio de la libertad del cáliz.
Y el rocío cubriendo los linderos,
adornando toda atmósfera entre sonidos de arpas
de un diálogo interno umbral del ocaso;
cuando triunfa la estación de todas las raíces.
La palabra se pule
entre la escena constante de la llama armiño,
y cruje al alma para volverle dócil
como promesa divina de eternidad.
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Febrero 13, 2018
© 2018 Gabriela Ponce de León, La Dama Azul. Todos los derechos reservados.
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