Con un poquito de amor
Días llenos de responsabilidades y quehaceres monótonos.
El menú diario tan uniforme.
El estrés acumulado.
El temor de no estar haciendolo bien.
La preocupación y culpa constantemente.
Los comentarios innecesarios.. y errados.
La carga, que está sobre uno.
Toda la responsabilidad es tuya.
El autocontrol de saber que sos el ejemplo.
El interés por actualizarte tanto en la salud mental como en la física.
El cansancio y agotamiento, sin salir de casa....
Pero luego, está ese momento, en el que ves los colores.
La vida que tiene tu hogar.
Te reís por una frase sin sentido, o una palabra, tiernamente, mal pronunciada.
Por unas pequeñas cosquillas.
Por un pequeño detalle de amor.
Una masita con baba que es compartida.
Algo nuevo que aprendió.
Te provoca nostalgia verlo crecer, pero también te enorgullece.
Muchas veces nos perdemos en el día a día y olvidamos tomar las cosas con perspectiva.
Por eso, disfruto cada momento, o al menos lo intento.
La limpieza del hogar no es tan importante como el tiempo de calidad con mi hijo.
Algún día, todo estará limpio, en orden y en silencio....
Y ahora me pesa más, que algún día todo este así.
Si miro todo con un poquito de amor, veo las cosas como son.
Soy feliz en este caos de amor.
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