CASI INVISIBLE...

Que se caigan marchitas las hojas del calendario.
Ya no importa cuánto tiempo pasó.
Demasiado costoso es aprender el adiós
ya que para olvidar, no se mide el tiempo.

Tantas mentiras oímos!
Las puertas se cierran y se abren.
Es miserable llamar donde no te esperan.
Para qué?

H

ay personas que dejan huellas eternas...
Otras, fingen dejarlas.
Hasta para memorar hay que tener confianza!
Y a ésta, es difícil ganarla.

En un mundo que gira en la mentira,
en la apariencia más que en el ser...
poco importa un alma buena,
y mucho menos, una mujer.

Lo he vivido.
No me lo ha contado nadie.
Es tan fácil empujar lejos!
No hay remordimientos ni hay conmiseración ahora.

Empatía?
La gran palabra de moda.
La que usan de la boca para afuera
pero que no existe dónde mora el egoísmo.

Yo quiero agradecerte.
A ti...
a quien lee mis palabras al viento.
Decirte gracias por regalarme tu tiempo.

Sé que el mío también es valioso.
Aunque para muchos no ha sido nada...
Más que el tiempo he obsequiado mi emoción,
mi vida, en cada palabra.

Pero...qué importan unas palabras más?
Aunque detrás de ellas se escape el alma.
Aunque en cada caricia enviada con el viento
vaya también prendido lo mejor de uno mismo.

Se van los mejores momentos,
los mejores deseos,
los mejores intentos,
los mejores, se van...

Quedo siempre acá.
En este espacio pequeño y tan grande a la vez.
Suficientemente inmenso para desplegar mi vuelo.
Tan exacto como mi alma misma.

Cargo un alma de mujer y poeta.
Con esa dualidad de dejar nacer el sentimiento
y expresarlo con el centro de mi carne.
O al menos, lo intento.

Sé de sobra que soy casi invisible.
Hay demasiadas almas y palabras por ahí.
Apresuradas por salir al mundo,
por nacer, por abarcarlo todo.

Mi alma ya no tiene prisa.
Voy al paso que me marca el corazón.
Este corazón inmenso de flores
que alguien un día especial, nombró.

Ah!... Perfuman tantos recuerdos!
Saber que alguien más comparte tu vuelo,
que estalla en emociones también.
Un alma afín en más que palabras, es!

Regalar a quién sabe qué ojos, palabras.
Sensibilizar aunque sea un poquito
tocando con la magia de los dedos azules,
de los ríos frescos, de frases casi impensadas.

Si algún día ya no estoy,
quiero dejar en la tierra mis pisadas,
con poemas lanzados a los tiempos,
y que a alguien regalen esperanzas.

13/01/2020