Cartas a mi fosa·II
Cumplidas estas edades
y los tiempos que esta calavera
no verá,
si este corazón probaste
en la fosa... ¡El poeta de ella
se acordará!
Apresado en estos huesos,
secuestrado del humano
la prisión,
tal vez juntos en la mano...
¡Qué gran razón!
Los grandes versos se olvidan,
sus autores han partido
al destierro.
Los cadáveres se marchan
de la ultratumba al exilio
del subsuelo.
Quisiera atravesar fronteras,
que existiera en este tiempo
por venir;
nuevas gentes venideras,
acordaos sin lamento
de mi.
Con la soga que me ligó,
ni muerto ni medio vivo,
colgado fui.
Con el recuerdo de su amor,
de azules ojos furtivos,
me despedí.
¿Congelándose la tinta,
adónde fue esa mujer
que me hirió?
Lo ignoro; solo sé
que existió, fue
y se marchó.
Dado el término de esta vida,
allegadas las gran batallas
a su fin,
sabed que hice a esta poesía:
eché el recuerdo a la hogaza
al partir.
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