Caminando.

Esta avenida me recuerda tanto a ti,
solo camino por costumbre
pues ya no hay lugar al que me lleve.

Conocí estos rumbos antes de estar contigo:
Aquí grabé mis primeras canciones,
soñé con ser artista.

Aún ahora
no vengo por usted,

ni tengo que pasar por la avenida,
pero quiero molestarme.

Valeria...
Cómo gritan tu nombre las banquetas
cómo imitan tu tacto,
que no es más que la mordida de tu ausencia
que busca ciegamente a su boca precursora.

Este cielo,
es el mismo cielo de antes
el mismo que me ve ganar batallas
romper cadenas,
¿Por qué se ve con grietas y entre el polvo?
Como si lo hubieses sostenido todo este tiempo
secretamente,
para que no me fuera asfixiar,
ahora,
sin la torre de tu ser
el derrumbe se aproxima
y no hay salidas de emergencia.

Esta noche me recuerda tanto a ti
a lo oscuro de tus ojos
al poblado de fantasmas que te escondes
que nombré familia,
al serpenteo de tu boca
que proclama algún te quiero
y después desgarra con crueldad,
a tu abrazo
que es por quién más sufro,
tu infinito abrazo
que me hacía sentir yo mismo
después de haber roto todo espejo,
tu juicio-abrazo,
que me enviaba a la cárcel de tu sombra,
que llamé casa.

La avenida, estas calles, este cielo, esta vida
me recuerdan tanto a ti
y no te tengo
carajo, no te tengo...
solo me queda inventarte cartas
y suponer
que algún día te llegarán.