Ayer

Ayer salí de un lugar al que nunca vi. Del mismo lugar donde comí mieles, agruras, y delicadezas. De un lugar donde la magia del Ayahuasca, retumba sordera al compás del bombo cada Julio de calor. Un lugar donde aún te regalan risas y un “mucho ya vuelta me pagas ñaña” al ellos brindarte sus exquisiteces. Un lugar donde el dorado del aguaje te lleva con su sabor al infinito. Un lugar donde el polvo y el calor son una bendición después de una lluvia torrencial.
Donde la gente contagia y obliga a los otros, a intentar y querer ser del lugar! Un lugar en el que sus hombres y mujeres se burlan del tiempo y bailan con furor cada julio de calor.
Me embriague un día de su oscuridad y verde maraña de jungla. Me atosigué de su calor, alegría, tacachos ,cecinas y perfumes de mi gente. De ese lugar, aquel día, adormecida con el furor de sus tambores de Motilones, me esfumé, me escape de sus lianas.
Y ese día, me terminé de ir de aquel lugar al que no quise ver. De aquel lugar donde todo y nada se contagia con la magia del calor.
Y ayer volví a venir; atraída, embrujada, hipnotizada de su furor. Y desde ayer me voy quedando… la gravedad de su embrujo es más fuerte que el del ayer. Y ayer, este lugar con sus de arriba dizque malagüeros , que son mis benditos tesoros, aun me acurruca con su manta de sol. Y ayer vi que mis lágrimas de entonces no fueron más que carcajadas benditas de dulce y escondida felicidad.
Qué pues saborea la dulce juventud, que sabe a agrura las mieles de su lugar. Qué pues huele su nariz que huele a rancio las orquídeas de su lugar.
Y hoy quiero dejarme adormecer, palpitar y recoger, cada lluvia, cada olor, cada flor de un amigo que ya se fue. Hoy quiero ya, despedir las despedidas, atraer y atrapar esos días anteriores. Hoy quiero enseñar a mis ojos, mis manos, y mi boca a retener el ayer, y construir en este lugar un nuevo venir.

Tarapoto, Junio 2014