ANTONIO EL PRÓFUGO

Antonio apresura sus pasos al hospital,
Al ritmo de su corazón,
Mientras tanto un huracán de recuerdos lo balancea,
Su maría descasa en el sueño eterno,
Al llegar postró su cuerpo con el de ella,
Y con un grito colérico pero cargado de melancolía,
Rompió el silencio de esa noche,
En segundos el estruendo de un rayo silenció la habitación,
Y la lluvia inocente de todo,
Descargó gotas al ritmo de los tonos musicales más grises,

Antonio está confinado en su celda de dolor,
Con cadenas tejidas de desengaño,
Y con la mirada al cielo emprendió su aventura de condenado,
Él sabe el tamaño del muro que lo retiene,
Él sabe que debe hacerse prófugo,
Prófugo del amor,
Prófugo de la fe,
Prófugo dolor,
Y prófugo de él.