Al Apagar la Luz
Dame tus manos, sólo tus manos;
sin tus ojos, sin tu boca.
Que sean ellas, quien recorran,
ellas, las que exploren; que busquen
cielos, nubes; húmedas tierras.
Dame tu boca, sin tus manos;
ni tus ojos, que tus labios besen
en dulzura mi frente. No toques
mis labios, ve a mis oídos
Baja lentamente a una piel, que
en ansiedad te espera. Siente esa piel
tibia que se torna ardiente. Saborea,
dunas, prueba fuentes, busca hogueras.
Dame tus ojos, que en momentos
se abran, que imágenes guarden;
un amor que se entrega. Único verdadero,
que nadie quita, que nada quiebra.
Guarda las miradas, que las mías
te dejan. Que las mías te entregan.
Que tus ojos recorran de a palmo
este cuerpo que por ti espera.
Como aquella canción:
Apagare la luz para pensar en ti.
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