Ahora descansa, viejo amigo.
Ella ardía intensa dentro de nosotros, como un incendio forestal, un volcán en erupción y de un momento a otro se apagó.
Sabes cuanto calor quedó dentro de nosotros?
Sabes cuando amor al rojo vivo aún llevamos en las cicatrices de nuestro corazón?
Sabes cuantas caricias abrasadas aún esperan marcar su piel y que están dejando en ascuas nuestra alma?
Hasta encontrarnos de nuevo, volveremos a ser dos desconocidos, en otros labios, en otros rostros, escribiendo con besos nuestros nombres en otras pieles y en otros idiomas, dejando lóbregos mensajes de viejos recuerdos.
Ahora descansa, viejo amigo, fuiste proveedor, protector, amigo y amante.
D
Descansa, recupérate y no te preocupes, yo seguiré acá luchando y preparando tu camino para que cuando llegue otro amor en otra época, estés como la primera vez, preparado para amar y esta vez, para ser amado de vuelta, sin mendigar migajas ni entender caprichos.
Incontables noches vimos convertirse en días y fueron más los días en los que somnolientos, deambulabamos por la rutina diaria esperando a que se terminase, si el tormento o nosotros.
Descansa, viejo amigo, que el sol no se apagará porque ella no llegue, porque sea su amor ya no nos sea correspondido, porque simplemente no eres un proyecto de caridad ni mucho menos eres despreciado, descansa y deja a Morfeo llevarse todos tus demonios y de este pálido (slumber) podrás despertar algún día.
Eso te lo prometo, pero por ahora, descansa, viejo amigo.
Conoce más del autor de "Ahora descansa, viejo amigo."