Un día trágico para un poeta
Ese día llegué agotado del trabajo. Había tenido que darle una caída de unos 40 cm a unas canaletas de un garage de solo 3,40 metros de largo, solo porque la clienta así lo quería. La remachadora andaba mal, el cartucho de sella canaletas que llevé estaba seco y, como si fuera poco, su hijo adolescente andaba como una mosca revoloteando y preguntando por cada cosa que yo hacía.
Cuando llegué a casa, mis dos gatos esperaban en la puerta. Había olvidado comprar su comida. Así como abrí la puerta, la cerré, subí de nuevo a mi destartalado Renault 12, eché un par de puteadas y fui a comprarles la comida.
estaba cerrado donde compraba la comida balanceada, pensé que era una señal o algo así. "voy a gastarme lo poco que gano en carne para mis gatitos" entonces fui a la carnicería de Luigi.
después de esperar que termine de atender a una octagenaria que se maquillaba como si quisiera verse de quince y solo conseguía parecer una cosa plástica y monstruosa, me llamaron y era mi turno.
"parece que no estás durmiendo bien, te ves muy cansado Mauri"
"es porque no estoy durmiendo Luigi, es que quiero ser poeta" le contesté. nos conocíamos desde hace años, buen carnicero. buena persona.
"tenemos algo en común entonces" me dijo mientras se dio la vuelta y sin tomarme el pedido empezó a rebuscar en las bandejas de las heladeras cromadas,
"la poesía y la carne son puras entrañas"
dijo y me puso sobre el mostrador de vidrio un pedazo de hígado y algo de carne picada.
A solo tres cuadras de casa, una moto dobló en sentido contrario y golpeó de lleno el costado derecho de mi auto.
Me bajé y pensé en un poema mientras ayudaba al hombre gordo y ensangrentado a levantarse. Parecía estar bien, al menos tenía energía para cagarme a puteadas. Me subí al auto y me fui.
Ahora, mientras termino de comer un durazno y veo cómo los gatos comen del bowl de plástico, me lamento no recordar cuál era el poema en el que había pensado.
Un día trágico para un poeta.
Al día siguiente fui al mecánico quién me confirmó lo que ya sabía "los autos son como las personas, si no las cuidas se van a la mierda" otro gran tipo El Chungo. ahí, en taller también vi la moto que me impacto, una Gilera 110.
"¿sabes algo del loco Chungo?"
le pregunté al aire porque estaba ocupado devastando los mocos de una mala soldadura en un marco de una puerta.
me fui afuera y me fume un cigarrillo, intenté recordar que poema había pensado.
no lo conseguí.
Otro día tragico para un poeta...
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