A ti
No quiero olvidarme de todos ustedes, y aunque no esté presente, no quería despedir el año sin unas estrofas.
Entiéndeme.
No he venido para arreglar tu vida,
para decorar una nueva habitación
en esta casa tuya tan llena de pasado.
Haz el favor de escuchar.
Tus heridas son guerras pasadas
que no pretendo ganar ahora
Mírame a los ojos.
Es ahora y aquí en este momento,
no esperes una señal luminosa
ni una revelación grandilocuente.
Acércate.
Ven tan cerca como tus huesos resistan,
y métete tan adentro que tu alma
se funda en los incendios del olvido.
Siénteme.
Tan solo para eso he venido,
para despertar al gigante dormido
que reposa entre tu piel y tu espíritu.
Vacíate.
Y llena contigo este espacio diáfano,
árido y reseco hasta tu llegada,
jardín del edén contigo dentro.
Obra propia
Ela Adal.
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