Sueños

Y te dejaré marchar
cuando tu quieras partir
sin que tengas que decirme
las razones que te llevan
los motivos que te apartan
de este lado de la orilla,
de tus besos en mi pelo,
del placer de mis caricias.

Y será un rápido adiós

que no hurgue en las heridas,
sin reproches del pasado
que nos roben los recuerdos
de esos días enredados,
de palabras en tu oído,
de deseos desvelados
que guardamos a escondidas.

Y no volverás a mi
ni aunque el mundo se derrumbe,
y las paredes se te caigan
cuando mi nombre recuerdes,
y el día tenga minutos
que parezca que no acaban,
que se alargan infinitos
hasta que la noche caiga.

Y el mundo se hará pequeño
cuando antes era inmenso,
sin límites en el tiempo
ni el espacio, ni en los sueños,
y tropezaran tus pasos
con retazos de aquel tiempo
en que dormía en tus brazos
mientras soñabas despierto.