Sicaria
Son tus noches lejanas /una asfixia /cosida en plomo /ante tu arma /fagocita de pelvis /en reto a roja sed.
Embabelada /desconoces la lengua invocadora /en el fino granizo /donde el eco /se olvida de repetir mentadas /ante un viento impávido.
Ese cuerpo tan tuyo /inhabitado /donde mi alma encontró /mortal refugio /emigró en una noche alcoholizada /sin sospecha /entre grumos y saltos al vacío /a caballo entre el lodo y la nada/ al dejar como nota/ un putrefacto aroma de azucenas.
Así parí a mis puños /verdugos de inocentes paredes /formé con otra arcilla /a la otra Eva /luego con recia hoz /le partí la cabeza /para intentar su permanencia /le escondí su equipaje /bailé la perennísima danza /de acuoso cielo /acoso celo /escasa previsora /de una probabilidad /de su partida.
Queda tan poco tiempo /para no consumirse en el pecado /para impedir la marcha /del motor rencoroso /dinamitador de sementerios /al recorrer infiernos lapidarios /hasta visualizarte en tu candencia.
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