Remembranza de una niña


De niña siempre escribía cuentos: muy chistosos, algo fugaces, otros crueles y un tanto vivaces.
Y es que mi imaginación volaba durante clases, tan cipota como escritora, una lora parlante al mi cuento recitarles.
¡Nueve años tenía! Y aun recuerdo a “Violeta” mi primera orbe, “Lo que el viento se llevó” los primeros versos al amor.
Los años pasan y nunca vuelven; de cuentista a muy mala poetisa y es como decía Don Quijote: “más versada en las desgracias que en los versos”.
Pero no es por eso mi motivo de esta ínfima memoria, sino el conmemorar lo mucho que gusto de escribir con la tinta de la imaginación, con el papel del corazón y la ilusión de las palabras.
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Compondré poemas con las tristezas, pensare en cada luna mientras escribo hasta el ocaso de mis días

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