Polvareda
ya ves,
tanto polvo acumulado en las repisas
y sobre la calle sin mejor motivo que ensuciar,
que levantarse para ennegrecer
los ya de por sí turbios horizontes.
Anda con cuidado.
No levantes polvareda
que no precisa ganarle al tiempo
que siempre va un paso adelante,
Lo de nosotros es esperar,
como el polvo en la repisas.
Uno se cansa rápido.
Fragua día a día su destino
poniéndole más signos de interrogación
a lo que siempre es y seguirá siendo una incógnita.
Uno despierta persuadido
que el próximo paso será el decisivo,
como quien camina sobra la cuerda floja.
Y tan sólo era un salto para bajar de la cama.
La vida tiene esto:
misterio, drama, risa y duelo.
La mezcla a veces es tan homogénea
que hay quien ríe mientras se duele
para no llorar.
A veces es solo un rascarse los ojos
y llorar luego o reír
porque un poco de polvo
nos haya entrado en la conciencia.
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