Plena unión

Llevados por su Espíritu
a una región que es aquí,
calmándose sus alas insistentes,
descienden sobre ellos mismos.
Bajan a lo profundo de sus seres,
guiados por quien los tomó
al encuentro de quien los acompaña.
Se sumergen con dulzura
en lo infinito que gustan.
Beben de sus aguas claras y oceánicas.
Laetare! Irrumpe el llamado
en oídos internos.
Empiezan a gozar con apenas primicias,
que no acaban, se multiplican.
Sin demora se encuentran,
el viaje a lo hondo los eleva:
a su Presencia fuerte,
al consuelo lacrimoso.
Su verdad aniquila toda duda.
¡Qué gloria se experimenta!
Enloquece y vuelve lúcido.
Se someten a la libertad,
convertida ahora en su aire.
Embriagados de amor, saciados de él,
se les otorga más y más,
y tan colmados se ven,
¡admirable licor!
que sin tardar
añejan voluntariamente sus vidas
para tan agradable esencia
producir también.
Bogotá.
29/04/2017

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