Permisos mutuos
PERMISOS MUTUOS
O
Permíteme que me enrede en los rizos de tu pelo,
que a tu cintura me amolde y acomodarte en mi pecho,
deja que en tus tempestades libre avance mi velero
y al vaivén de tus caderas mi cordura pierda el miedo
G
Permíteme que en tus brazos la vida cambie de rumbo,
que no requiera más nada que de tu voz el arrullo,
que a la luz de tu mirada se combinen nuestros mundos
O
Permíteme que deguste el perfume de tu piel,
deja que sacie en tus mares de sus aguas esta sed,
que bese desde tu frente hasta tus pequeños pies
y me aprenda de memoria tu anatomía a placer.
G
Permíteme descubrir esos misterios de tu alma,
en los que quiero asomarme y caminarles descalza,
para adherirme a su esencia y así poder ser la causa,
que los inquiete y motive como el sol a las mañanas.
O
Permíteme que inaugure el augusto recorrido,
que viaja desde tu pecho a donde nace tu ombligo,
que transite por tu cuello y murmure a tus oídos
y después encuentre sendas que lleven nuevos destinos.
Oswaldo Cardeña/Gema Sánchez
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