¡Perfecta no soy!
¡Perfecta no soy!
Grito a los siete vientos que no soy perfecta,
tampoco lo quiero ser.
Que alguien me escuche, clama mi ser.
Llevo conmigo el peso de un fardo que no lo pedí, ni lo añoré.
Vivo acorralada bajo corrientes como un viejo prisionero que tan solo quiere morir.
El bien y el mal luchan incansablemente por mi alma. Mi espíritu suplica que venza el dueño del amor y espera que los seres que me rodean entiendan que perfecta no soy.
Es ahí cuando entiendo que sin Él nada soy, apenas fracaso derrota y desilusión.
Un ser miserable que entiende que lo único que lo limpia es la Preciosa Sangre vertida en la Cruz del Calvario, en el Golgota.
Algún día podré gritar a los siete mares que “Libre estoy” pero un eco siempre será lanzado al firmamento diciendo “Perfecta no soy, pues humana es lo que realmente soy”... Fin
Por: Priscila R. de Azevedo
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