Pequeños Gigantes

Observando muy curioso,
a las pequeñas hormigas
el pequeño Daniel se encontraba
con la vista perdida,
en lo ordenado que iban
todas en filas encaminadas
en rumbo a sus "cuevas"
marchaban todas, ocupadas.

Por su mente revolotearon

imágenes parecidas
a los soldados que se alistan
en forma de cuadrillas
y desempeñar con esmero
trabajos necesarios
para el bien común
han de emplearlos.

Pero con curiosidad
sus ojos se desviaron
al contemplar que algunas
del camino se apartaron.
Rascando su cabeza
con sus labios pregunto:
¿Acaso están perdidas
las que contemplo yo?

Su abuelo lo observaba,
y con gestos de amor
las palabras de su boca
le infundieron satisfacción.
Le dijo con experiencia
que caracteriza a un abuelo
que la naturaleza enseña
sacar algo bueno de ello.

"Aquellas hormigas descarriadas
no tienen orientación
siguen caminos errados
perdiendo la convicción,
y el clímax que la conlleva
a la total perdición
las hace infelices
y llenas de aflicción"

Semejante a ellas,
están algunas personas
eligiendo rutas alternas
que los lleva sin demora
a caminos perdidos
donde no hay salida
sino sólo la preocupación
de perder la vida.

Si hoy te sientes perdido
y quieres regresar de nuevo
en el libro de Juan
encontrarás un texto,
que declara a quienes
quieren hallar un camino
que Jesucristo es la ruta
que nos traslada al paraíso