PARA TI

Me encanta como me coges del brazo y
cuento las lucecitas en tu sonrisa.
Qué más da si te casaste con él.
Pero nos íbamos al cine y
no me permitías tocarte.
Subíamos de noche hacia tu casa
y tu sonrisa era tan pequeña
tan de encerrarte
y no volver a vivir.
Repetíamos el Ave María grazia plena

ora pro nobis
y nos partíamos de risa con la risa
que agitaba tu blusa.
Cruzo la calle con los ojos velados
de tanto no quererme.
Si volvieras a nacer
si volvieras a encontrarme
qué sé yo que pasaría.
Ayer traías unas sandalias de verano y
la lluvia empapaba tus pies.
Si volviera a ser pequeño
Sería tu elfo o cualquiera de esos
intrépidos que siempre te queremos.
Hay líneas rojas en el horizonte
una moneda de cobre
una puerta siempre abierta
siempre abierta
para que puedas salir a casarte.
Anda, ve
no te das cuenta de que yo me he ido ya.
Amor de mis ojos, cobarde es la noche
y cobarde es el viento frío.
Nacer otra vez y
tener una casa contigo.
Las mañanas sin sueño
recogerte aún en noche cerrada mientras
él respira tu ropa
callado y sin abrir los ojos.
Sin anillo,
sí señor, el sábado a las cuatro.
Recito al Rey David.
Si volvieras a nacer
me tendrías sentado en una silla a las cinco de la mañana.
Es que no sé qué hacer,
te pediré que nos casemos una noche camino de tu casa.
Él te espera,
no eres mala y yo estoy bien,
solo que si volviera a nacer
nunca volvería a sentir nada por ti.
Ya lo sé, calla.
No me hagas temer este irreconciliable dolor de
tener que decirme la verdad.
Los días como hoy son muy traidores,
ay, qué poco digo y
qué igual que eres a mi pobre pena.
Feliz iré por los caminos de la Cárcel de Amor.
Cuánto te quiero que me voy, anda.
Voy a cerrar los ojos y así la noche me dejará
caminar los pasillos de las casas que no habitamos.
Ya lo sé, es tarde, duerme.
Yo me quedaré un rato más.