Maracaibo Añorado

Maracaibo añorado.
I
Siempre hay algo que extraño de vos,
porque en vos hallo mis raíces,
de San Francisco, los matices,
la pintura de nuestro Dios.
II
Las remembranzas nos aquejan,
a nuestras almas marabinas
que cantan con pena y queja

las gaitas a nuestra Chinita.
III
¿Cuándo podré, a la basílica, asistir?,
¿y la grata brisa del lago volver a sentir?,
¿los amaneceres de los gaiteros presentir?
¿y los pregones para Chiquinquirá remitir?
IV
La nostalgia me tiene hastiado;
desesperado por ver la luz
en el extenso horizonte azul
con barniz amarillo claro.
V
El rojo se esparce en la tarde,
las estrellas, canto, prorrumpen.
El firmamento que nos une,
deflagra; el sol marabino arde.

VI
Bellos momentos encuentro, no los puedo olvidar:
caminando escucho las canciones de mi lar
en vagas ilusiones, de fantasmas es cantar;
la algarabía de la multitud familiar.
VII
Con calma y serenidad paular.
Por el paseo, brisa sentir,
al cepillero ir para pedir
un cepillao sabor Popular.
VIII
En San Francisco se oyen gaitas,
en Maracaibo, lindas danzas,
en la orilla, las contradanzas
que nuestro folclor, enraíza.
IX
Mis amigos del sector La Nueva Democracia
de mí aún se acuerdan con alegría y gracia;
más, por el yugo, para mí es una desgracia:
mi lar está en ruinas por los que se congracian;
por culpa de esa pérfida e impía cleptocracia.
X
Tu típica idiosincrasia,
tus bellos atardeceres,
tu impar de gentileza,
son del Zulia los enseres.
A mi Venezuela agracia
el farol de tu nobleza.
XI
Pronto tu gloria será restaurada,
Muy Noble y Leal, Tierra del Sol Amada.