Lo perfecto tiene ojos de risa

Y te di mi vaso como hicimos hace tantas noches, hace tantos siglos. Tomaste un poco y me miraste, por un breve instante sonreiste, y entonces supe que ahí fue donde se me fue la vida, entre medio de tus ojos, en el camino hasta tu sonrisa.

Justo aquí, en este lugar sombrío, donde mi corazón se estrelló contra el suelo al verte riendo con ella.

Qué ironía que estes a dos metros y no pueda tocarte, que estemos aquí y no pueda de sus manos alejarte. Porque aquí la conociste, aquí te dio la mano y te llevó lejos de mí.

Una noche de esas para el recuerdo o tal vez para la nostalgia.