La verdad aparente
En el hartazgo de prender los faroles
de una avenida intransitada,
me abrazo en los brazos de la demencia,
propia de un adicto a la dependencia
de mirada cansada y silenciosos bemoles.
En la rutina de presionar el modo
de controlar una maquina averiada,
me descubro fantaseando océanos en un charco
sin mapa, sin estrellas, sin brújula, sin un barco
En la incertidumbre de pender de un hilo
desprende una herida en mi cuello la soga,
me empujo al vacío de la verdad aparente
y un cielo oscuro trae la duda permanente
una duda que ahoga con descarado sigilo.
Deprimido...
...Demente,
...Dependiente,
adicto culpable de una sobredosis encadenada
del descanso intermitente que da la fe
Desprendido
levanto los brazos, abro los ojos, y vuelvo a prender
los faroles de una avenida intransitada
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