A la Mujer de Sangre
Tierno murmullo inteligible sacude la mísera existencia que se cargan mis días, tus horas y como lo diría nuestro poeta “nuestros bobalicones años”.
(espero haber podido arrancarte una pequeña sonrisa)
La perfección de tus mejillas es evidente, el surco que las rodeaban suavemente han sido borrados, ya no puedo tocarlas con mis pensamientos y embriagarlas con mis etéreos delirios.
Escribo desde gelibol, aquí donde la brillantez de lo absurdo me permite recobrar el tinto café de tus labios y decirte que siempre fuiste y serás la amada inmortal.
¡La poesía es mentira!
(las contradicciones siempre excitaron mis pensamientos)
Los sentidos extasiados han permitido permanecer a la bohemia suelta, la inspiración se ha hecho vagabunda, ya no hay mujer de sangre, solo un torpe lleno de tinta
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