La chica que cruzó la pierna.

Hoy en día ya nadie tiene la seguridad y la confianza de mirar sin tomar precauciones o advertir la presencia de alguien más, pendiente de tus acciones: si no te sientas derecho, si dejas de usar la cuchara para tomar a sorbos los últimos restos del caldo de pollo con verduras que, pretendían calentar tu cuerpo y lo ha logrado a medias pues, los lugares económicos donde personas como yo; acostumbramos a comer, no tienen como máxima de servicio que
"al cliente lo que pida".
Pero bueno aún a medias, me ha servido de mucho pues mi cuerpo ya no tiembla y los ruidos de mis tripas han dejado de molestar; espero que por un buen rato.
He leído alguna vez, no sé quién fue y mucho menos de donde pero, decía "las rosas no se hicieron para los cerdos" dentro de la fabulosa atención que nunca pongo a esas cosas, la verdad jamás imaginé qué significaba hasta que, el más tonto de mis amigos me disparó la frase a corta distancia y con estruendoso ruido, para que todos escucharan, incluida por supuesto una chica de pelo corto que cruzó la pierna mientras tomaba un cafe.
Confieso que, no me lo esperaba y me puse rojo, azul, naranja, que sé yo; seguramente en segundos recorrí toda la gama.
En seguida, mis ojos buscaron a ella y, ahí estaba sin ser parte de la burla que me atacaba pero, con una sonrisa levemente dibujada en su cara y mi corazón dió un vuelco cuando me di cuenta que los demás, también la miraban, que no había sido del todo discreto y que ella, después de ayudarme de mis lentes para ver a lo lejos; también se sonrojaba. Pero el tiempo también trae cosas buenas, y no es cierto que
"las rosas no se hicieron para los cerdos" ya que, hoy puedo mirarme Muy cerca, en esos ojos de color café, saber que piensan y sonreír por aquella vez, cuando miré tomar café a esa bella chica que cruzó la pierna.

Extracto de "Amor de un viejo"
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