Intimidad del verbo

Un jardín botánico de orquídeas
en movimiento;
manto de vestiduras transparentes
sobre el altar de avidez.

Las ninfas convocando
suaves líneas delgadas
en el latido de los muslos anidados.

Eufonía cetrina

armonizando a los espíritus dispuestos,
tras susurros de tonos caracolas.

Agravando la sensatez del jade,
y la calma de un rincón tranquilo
transitable a la reserva del júbilo sin belfos.

Comprometida la realidad,
la apacible melodía se mece
bajo en canto de peces en la noche llena…

-II-
Despejado un pórtico abierto,
la sucesión de palabras tácitas y misteriosas;
recrean equipajes de anhelos falaces
avivando la jornada.

La ofrenda de un rocío,
con el rostro de pergaminos
va colmando de uno a uno,
al cáliz respiro, de un sueño febril.

Alusivo al cálido impulso
de un antiguo sortilegio;
el cortejo vibrátil
en su aroma del afecto y predilección,
respira su silencio en las memorias del huésped.

-III-
Los ciclos venturosos
a través de bálsamos de tul,
apresuran la hipnosis de la fuente
en un reino borrascoso
al pie de la alborada.

Con la precisión de los mares
al interior de la bóveda azul,
cadente la aljaba interna
dicta en la seducción de un salmo.

Y en la calma, anidando sobre la marea
la intimidad de verbos,
ascendiendo al sonido
de un breve estallido
sobre la torre edificada del verso.
*
Mayo 30, 2022
© 2022 Gabriela Ponce- La Dama Azul
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