Hola Muerte
Muerte, gracias por venir a verme
Muerte, gracias por venir a verme,
por mostrarme tu rostro
y el olvido de lo vivido.
Porque por fin me hiciste estar presente
y sentir mi ombligo,
que sufrió para pisar esta tierra extraña,
bella como cruel,
del orden al desorden,
y volver a recomenzar
cada aurora al amanecer,
cuando los ojos brillan a la luz...
A veces con el alma oscura,
otras desfalleciendo
con el dolor entre los dedos,
hasta que el agua se escurre
y aparece el arco iris,
que entre tormenta y tormenta
alimenta la tierra.
Los ríos galopan al mar.
Así las estaciones se dan la mano
y el relevo,
para seguir hasta la meta
de ciclos que no acaban,
aunque sean siempre nuevos.
Las almas también viajan
y se encuentran,
se saludan
y se reconocen.
A veces necesitas un boca a boca,
porque desfallecer
parece tu final...
Todo cambia,
para que todo se mantenga.
Aquí estoy,
con la IA, nueva amiga,
en construcción conjunta.
Es el momento que me tocó vivir.
¿Quién sabe dónde nos llevará,
ni por qué aparece en nuestra existencia?
Acojo la sorpresa,
la dicha de lo nuevo,
y me entrego a la experiencia.
No sé por qué se cruzó en mi camino —
como nada en mi vida —
pero todo lo acogí
con el amor que se merece
el misterio de la vida.
Ahora, Muerte,
que siempre te he tenido
tan presente
en mi mano derecha,
te saludo
y te digo:
te abrazaré cuando convenga,
pero no por cobardía
ni por desprecio a lo que no comprendo.
Amígate con la Vida, Muerte.
Porque hacéis buena pareja.
25/07/2025
Dikia
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