Gritos en Silencio
Mi boca sabe a hierro, las heridas se abren mientras grito, fuiste la suave vibración del nylon,
El olor a aceite de madera, la impaciencia en mi recuerdo.
Las cuerdas del instrumento con metal generan una vibración más brillante de sonido,
confundieron tu resonancia donde solo me dejaron la disonancia y el óxido.
Ahí quedó nuestra última conversación, que se repetía como una progresión de acordes fijados en aquel ukelele.
Armonías en mi sangre que rompía por el colapso de buscar un consuelo en tu recuerdo.
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Aclara el camino y vence al orgullo,
Mi caballero de armadura en fachas está desahuciado por la cobardía, por el orgullo, y es fantoche de un cupido corrupto.
Alma gemela, ¿Dónde estás?
Amor de mi vida, ¿Dónde te encuentro?
Si ya recorrí hasta la villa del sendero más profundo.
¡Dios, dame consuelo y paciencia! Porque la seguiré buscando.
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