Excederse con medida
Decía mi sabio abuelo: hijo mío, el amor de humanos es amor con medida, por eso ama con locura, amor de manicomio es amor del bueno.
Te lo cuento, porque cuentan las lenguas del tiempo, la historia de una psicológa enamorada de un loco y que distraída no avisó el momento en que las visitas se convirtieron en citas, y que las terapias eran ya en pareja.
Y una vez aceptó que aquello que sentía en el vientre no eran cólicos, sino los estragos mariposas de cupido haciendo efecto, se cuestionó a si misma "¿Que culpa tengo yo de que el amor haya tocado mi puerta y yo la abriera desprevenida y en pijama? Debo de estar loca yo al sentir que lo amo y que el me ama", y en efecto se amaban.
Se amaban tanto que decidieron escapar, de los prejuicios y la sociedad, y en su locura carnal y eternidad finita, gozaron el uno del otro, hasta el momento en que ella se despidiera de este mundo dejando escaso de terapia al loco.
Cuentan que ella vivió con un miedo constante y es que no dejaba de pensar, el día que él se volviera cuerdo y la dejara de amar.
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