Es un reclamo no una declaración de amor


No debiste hacerlo. No debiste burlarte de mi sentimientos y darle la oportunidad de salir a flote para que una vez en la orilla pudieses ahogarlos con tus propias manos ¿De que manera debo culparte para que la mas necio de mi se convenza de que todo ira de mal en peor? Odio necesitarte. Odio esta maldita debilidad por ti. El motivo por el cual te cruzaste en mi camino es cruel sea cual sea pues nunca has dejado de doler.
Apesta estar en este punto. Apesta a alma muerta. A un corazón descompuesto.
¡Y lo peor! porque como no, siempre puede ser peor, es que me lo advertías y casi me suplicabas que no me dedicara a quererte. Pero cuán contradictorio puedes llegar a ser, porque al final cuando pudiste dejarme escapar, aflojar tus manos de mi cuerpo y ver como me abría vuelo lo que hiciste fue ponerme más cerca de tu pecho donde pudiese oír tu corazón cobarde pidiendo que me quedara. Y tus labios exhalaban como derrotados un te amo. Y yo cedí esa mirada compasiva que aún me mantiene a tu lado a dieta de amor. Porque me alimentas en tus ratos libres; donde me llamas tuya a mi espalda y mía mirándome a los ojos.
No me des tregua. Porque odio la guerra pero no más de lo que odiaría la paz sin ti.
Si en esta guerra te he llenado de heridas, yo, devota de ti, estoy dispuesta a lamerlas todas hasta curar cada una. Y si me he llenado yo, y tú solo eres sal aprenderé a nadar en el mar.

Conoce más del autor de "Es un reclamo no una declaración de amor"