EN LA OSCURIDAD
Estoy enloqueciendo por sentimientos
incontables que inundan el cielo
produciendo un color oscuro,
que se esparce entre los lamentos y los
gritos de agonía entre la muerte.
S
ser capaz de sentir el resentimiento
de miles de demonios enloquecidos
queriendo saciar su sed con corazones humanos,
arrancando la inocencia de sus ojos
e impactando golpes entre sus cuerpos.
Quien sabría que al mismo tiempo
sus manos temblaban y acariciaban
muy despacio aquel camino lleno
de desgracia, dirigiéndose al corazón
para desgarrarlo lentamente
y al mismo tiempo la comisura de sus labios se fruncía
provocando que la sangre brotara desde sus ojos.
El caos era como una tormenta
arrasando con todo el desorden provocado
por el humano mientras que en el suelo
yacían dos personas resistiendo a los demonios
que se abalanzaban como olas.
La sangre era lluvia que bañaba
a todo aquel en ese infierno.
A lo lejos era difícil distinguir
aquellos amantes que se abrazaban
con profundos sentimientos
dispuestos a morir defiendo aquello
que amaban con gran disturbio.
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