EN EL RÍO

Andúveme alimentando
con el aroma de los montes;
montaraz, gazapeando,
bajo las ramas y sus flores.

El viento bisela mi costado
que de sombras, tornea los años,
solano cuchillo clavado
en el corazón de los castaños.

Verde, mi sombra divaga
entre juncos, y violetas,
se hiende en el rio, cual daga,
que se hendiera en sus caletas.

Sobre el roquedal del río,
risco pulido y tallado,
duermen los sueños del hombre,
ermitaño retirado.

Los días discurren constantes,
como lo hacen los riachos,
más pareciera un juego
que jugaran los muchachos.

La lengua del río lame,
el tronco de los sauzales,
se salta las pedroñeras,
las adelfas y zarzales.

Sobre la paz y el arrullo
de su lengua cantadora,
se oye del agua el murmullo
que discurre arrulladora.

A la sombra de los fresnos,
crecen las adormideras,
y crecen los tallos tiernos
de los berros y las fieras.

En el paraíso de emociones
que la naturaleza regala,
resurgen las emocionesciones
de las almas enamoradas.