DESAMPARO

Sentada frente a la vida fumo,
y se va en cada calada,
susurros del viento que eriza la piel,
en la sequedad de la ostra que liba espasmos.

Estertores del verte inerte,
mientras las extrañezas de las olas chocan contra el rostro,
que una vez abofetearon,
cuando impusieron el ego.

Y

es el entorno que rodea,
al débito en arcoíris,
y será acaso arcoíris lo que ofrecen,
en negación a vivir,
los lirios al marchitar sus sueños,
en ausencia a soles que irradian vidas.

Son sustancias las que ofrendan,
a cambio del beso jamás previsto en la continuidad,
a la persecución de aureolas en madrugadas vacuas,
donde estamos en compañía del silencio,
nuestro deudor al ocaso de coqueteos en estreno.