Círculo De Herencia

La casa vieja cruje en el umbral del tiempo,
allí donde la memoria duerme sin paz,
como un eco que no cesa
de nombrar los mismos nombres.

Cada rostro, una réplica del anterior,
cada paso, un retorno al primer tropiezo.
Los hijos heredan más que la sangre:
heredan la herida,
la promesa no cumplida,

Se repite el beso que no salva,
la partida que no cambia el rumbo,
el silencio que calla verdades
como quien esconde el alma en el ropero.

La soledad no llega:
nace con ellos,
los ve crecer,
y los entierra al final.

Y el destino,
como un hilo enredado en los dedos del olvido,
vuelve a trazar la misma historia
con distintas voces,
distintos cuerpos,
pero la misma condena.

Hay una madre que espera,
un padre que no vuelve,
un hijo que huye de su sombra,
una hija que repite el amor imposible.

La historia familiar es un espejo roto:
cada fragmento refleja lo mismo
desde un ángulo distinto.

Y el tiempo no avanza.
El tiempo gira.
Y nosotros giramos con él,
entre errores, amores y tragedias,
sin saber si somos la primera lágrima
o la última.